Cómo crear y mantener equipos de alto rendimiento en una empresa

20/05/2022 | Santander Universidades

¿Alguna vez has escuchado el proverbio africano que dice: “si quieres ir rápido, ve solo, pero, si quieres llegar lejos, ve acompañado”? Esta es una de las claves para entender la importancia de trabajar en equipo. 

Sin embargo, es cierto que algunos equipos de trabajo tienen mejores resultados que otros, o parece que trabajan con mejor desempeño. Pero, ¿qué diferencia a estos equipos del resto? La respuesta está en la creación de equipos de alto rendimiento. A continuación, te contamos todo lo que debes saber sobre este tipo de equipos.

¿Qué es un equipo de alto rendimiento?

Como bien mencionan Jon Katzenbach y Douglas K. Smith en su libro La sabiduría de los equipos, “los desafíos de desempeño que enfrentan las empresas en todas las industrias exigen el tipo de capacidad de respuesta, velocidad, personalización en línea y calidad que está más allá del alcance del desempeño individual. Los equipos cierran esta brecha”. Y es que trabajar en equipo es fundamental para alcanzar los objetivos propuestos. 

Sin embargo, un equipo de alto rendimiento es más que un grupo de personas que trabajan juntas. Los miembros del equipo de alto rendimiento no solo están orientados para la consecución de una misión concreta, sino que también están unidos por unos valores comunes, comparten una visión, objetivos y métricas, colaboran, se desafían y se responsabilizan de manera mutua para obtener resultados sobresalientes. Por esta razón, para lograr este fin, los equipos de alto rendimiento se componen por personas con habilidades y especializaciones complementarias. 

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Características de los equipos de alto rendimiento

Lo que diferencia a un equipo de alto rendimiento de cualquier otro equipo de trabajo son sus características específicas.  Entre ellas, destacan las siguientes:

  • Procedimientos de trabajo eficaces. Deben ser la base de un equipo de alto rendimiento, ya que los procedimientos ineficaces pueden dar lugar a problemas en la recopilación, organización y evaluación de la información. 
  • Valores compartidos. Cuando los miembros de un equipo comparten valores, se reducen las posibilidades de un conflicto entre ellos, de manera que son indispensables para lograr objetivos comunes.
  • Metas claras ligadas estrechamente a las prioridades del equipo y de la organización. Los equipos de alto rendimiento están alineados en su propósito y sus prioridades. Para ello, establecen objetivos individuales y de equipo que respaldan su visión compartida.
  • Liderazgo compartido, con funciones y responsabilidades definidas. Compartir las responsabilidades de liderazgo mantiene el equipo cohesionado y no sobrecarga a ninguno de sus miembros. Además, refuerza el sentimiento de grupo. 

En este sentido, los equipos de alto rendimiento minimizan los conflictos al definir de manera clara el rol y las responsabilidades de cada uno.

  • Habilidades complementarias. Cuando cada miembro posee un cierto conocimiento, un conjunto de habilidades y fortalezas personales, la sinergia con otros miembros da lugar a un equipo altamente productivo.
  • Confianza y respeto mutuo. Los miembros de los equipos de alto rendimiento se valoran de forma mutua y confían en que cada persona hace bien su trabajo. Además, no solo se respeta la diversidad de pensamiento y de experiencia, sino que se reconoce que esas diferencias son una fortaleza importante del equipo.
  • Adaptabilidad a los cambios. Los proyectos cambian todo el tiempo por diversos motivos. Por ejemplo, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los equipos virtuales han aumentado en las empresas hasta un 148% en los últimos años, y la tendencia es creciente.

No obstante, cuando se trata de manejar cambios drásticos, los equipos de alto rendimiento analizan las nuevas circunstancias, se adaptan y actúan en consecuencia. 

  • Aprendizaje y mejora constante y evaluación periódica de los resultados. Evaluar los resultados y hacer los cambios que sean necesarios forma parte del proceso, al igual que aprender de los errores cometidos. Asimismo, y como parte del proceso de adaptación constante, el aprendizaje y la actualización de conocimientos es la base para poder aplicar los cambios necesarios y así seguir avanzando. 
  • Comunicación abierta. Steve Jobs decía que “nosotros contratamos personas inteligentes para que nos digan qué debemos hacer”. Por esta razón, y teniendo en cuenta que los equipos de alto rendimiento deben ser ágiles y enfocados, es esencial una comunicación clara y optimizada, así como la aceptación de las sugerencias y propuestas de las personas con mayores conocimientos y experiencia en un aspecto concreto. 

Claves para crear equipos de alto rendimiento

La creación de un equipo de alto rendimiento requiere de compromiso e inversión en crecimiento y desarrollo continuos. A continuación, te presentamos algunos elementos que te ayudarán a conseguir equipos de alto rendimiento en tu organización:

  • Crear un sentido compartido de propósito. Para que los miembros de un equipo de alto rendimiento se sientan conectados, necesitan un propósito unificado. Sin ir más lejos, de acuerdo con Staffbase, el 73% de los empleados que dicen trabajar en una empresa "orientada a un propósito" están comprometidos con su trabajo.
  • Agilizar y optimizar la comunicación. Se trata de un aspecto fundamental para un trabajo eficaz y una relación óptima entre los miembros de un equipo de alto rendimiento. Por eso, favorecer los procesos ágiles de comunicación y sentar sus bases a la hora de crear este tipo de equipos resulta crucial. De hecho, una comunicación interna eficaz aumenta un 36% el rendimiento en la empresa y un 40% la satisfacción de los clientes, tal y como señala Staffbase.
  • Invertir en el desarrollo de los miembros del equipo. Para conseguir resultados consistentes, es importante crear una cultura de aprendizaje y mejora continua. Y es que, según un informe realizado por Qualtrics, los tres elementos principales que llevan a los trabajadores a no cambiar de compañía son, por este orden, tener unas expectativas claras sobre su desarrollo profesional en la empresa, contar con un bienestar físico y emocional en el entorno laboral y que la entidad lleve a cabo políticas internas que sean transparentes. Además, de acuerdo con la consultora Hays, un 51% de los empleados busca crecimiento profesional al cambiar de trabajo.
  • Establecer roles claros. Cada miembro del equipo debe conocer su papel y cada rol asignado debe ser lógico y coherente, teniendo en cuenta las actitudes e intereses de cada integrante. Esto mismo permitirá aprovechar el potencial real de todos los miembros de un equipo de alto rendimiento. 
  • Trabajar con objetivos SMART. Los objetivos SMART se refieren a objetivos específicos, medibles, alcanzables, razonables y oportunos. Esta forma de trabajo es esencial para aprovechar al máximo los recursos disponibles, y ayuda a los equipos a trabajar mejor al estar enfocados y ser más ágiles.
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Equipos de alto rendimiento, un activo indispensable en la empresa

Los equipos de alto rendimiento son un activo indispensable de cualquier organización, ya que pueden diferenciar a una empresa dentro de su industria y garantizar su éxito a largo plazo. Sin embargo, para favorecer la creación de equipos de alto rendimiento es muy importante que exista un liderazgo que sea motivador y referente y que no imponga. En cambio, debe propiciar la iniciativa y saber encontrar lo mejor de cada miembro del equipo. 

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