El liderazgo femenino y los beneficios de la igualdad

24/02/2022 | Santander Universidades

En los últimos años, los debates acerca de la igualdad de género han tenido un especial protagonismo en todos los ámbitos. Entre otros aspectos, se ha subrayado la baja representación del liderazgo femenino en empresas y puestos de responsabilidad pública.

Las cifras aportan pruebas significativas: actualmente, a pesar de que las mujeres representan el 43% de la fuerza laboral a nivel mundial, solo el 36% de los cargos gerentes del sector privado y de los puestos de funcionariado del sector público son mujeres. Con respecto a los cargos en consejos de dirección, el porcentaje desciende al 18,2 % a escala global, según el Global Gender Gap Report, de 2020, elaborado por el World Economic Forum. 

Y no parece que sea una cuestión de mayor presencia histórica de los varones en el mercado de trabajo; por cada 100 hombres promocionados a gerentes, solo 72 mujeres son ascendidas, según apunta McKinsey en su informe Women in the Workplace, de 2019.

No obstante, los datos también indican que el número de mujeres en puestos de mando se está incrementando, impulsado por una intensificación de las políticas proactivas de igualdad en el ámbito público y una mayor concienciación sobre el impacto positivo del liderazgo femenino en el mundo empresarial. Así, en los últimos 16 años, la cifra de directivas ha crecido 10 puntos porcentuales a nivel global, de acuerdo con el estudio Women in Business 2020, de Grant Thornton.

Datos sobre la situación del liderazgo femenino en los últimos años

Las cifras mencionadas hablan de una desigualdad que no se corresponde con la realidad formativa. Según el informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) Datos y cifras del Sistema Universitario Español, de 2020, el porcentaje de mujeres matriculadas en la universidad en el curso 2018/2019 fue del 57,2%. Además, terminan sus estudios superiores con una nota media superior a la de los compañeros varones: 7,35 frente a 7,06. 

Sin embargo, en el mundo laboral, la dificultad en la conciliación familiar, el “techo de cristal” o los prejuicios de género son algunas de las razones que obstaculizan el desarrollo del liderazgo femenino.

La Organización Mundial del Trabajo, organismo perteneciente a las Naciones Unidas, alerta de que existen desigualdades incluso cuando las mujeres acceden a las posiciones de mando. Según los datos del informe The Business Case for Change, se produce una segregación por género en el C-suite. Así, mientras que las mujeres en puestos de mando tienden a concentrarse en ciertas áreas de actividad, como Recursos Humanos, Administración, Marketing y Ventas, apenas tienen representación en otras como Operaciones, Investigación y Desarrollo o Finanzas. En estos últimos ámbitos, existe una gran presencia masculina y, a menudo, son las posiciones que actúan como trampolín para ascender a puestos superiores.

liderazgo femenino

Los beneficios de la presencia de mujeres líderes en las empresas

Sin embargo, la presencia de mujeres líderes ofrece múltiples ventajas que no pueden ser ignoradas por las empresas. Por ello, con el fin de ser más competitivas, las organizaciones tienen que aplicar políticas de igualdad para asegurarse de que cuentan con el suficiente talento femenino en todos los niveles jerárquicos. En esta dirección apunta el informe antes mencionado de la Organización Internacional del Trabajo, donde se demuestra el efecto positivo de incorporar mujeres en los puestos de  mando de diferentes organizaciones.

Este estudio cuenta con una muestra de 13.000 compañías de todo el mundo e indica que tres de cada cuatro empresas del sector privado que han incluido a mujeres en su directiva han incrementado sus beneficios. Este aumento se sitúa entre el 5% y el 20%, unas cifras difíciles de alcanzar a través de otras medidas que, además, suelen implicar más recursos económicos y humanos.

El impacto positivo del liderazgo femenino no termina aquí. Para el mismo estudio, se entrevistó a pequeñas, medianas y grandes empresas nacionales e internacionales pertenecientes a 70 países de África, Asia Europa, Latinoamérica y Oriente Medio, y estas fueron las conclusiones:

  • Un 54% de las empresas encuestadas afirma haber experimentado “mejoras en materia de creatividad, innovación y apertura” tras incorporar más mujeres en puestos de responsabilidad a sus filas.

  • Un 57% asegura que la presencia de mujeres en los cargos directivos consigue promover tanto la llegada de nuevo talento a la empresa como la retención del ya existente.

  • Las organizaciones participantes en el estudio también detectan una mejora en su reputación y su imagen externa.

  • En las empresas en las que se incentiva la igualdad de género en cargos de responsabilidad se observa un repunte en las habilidades interpersonales, tradicionalmente asociadas a perfiles femeninos, como la empatía y la orientación a las personas, y que son claves para el liderazgo.

El incremento en los beneficios no está solo sujeto a la presencia de mujeres en puestos directivos, sino que el volumen de puestos ocupados en toda la empresa también es determinante. Las investigaciones de la Organización Internacional del Trabajo indican que para percibir los efectos positivos del liderazgo femenino y para que estos sean visibles, el porcentaje de mujeres en los puestos de mando debe ser del 30% o superior.

La irrupción de mujeres líderes referentes también es de vital importancia para el impulso de la igualdad en el seno de las organizaciones: el informe confirma que las empresas con una mujer como CEO muestran una mayor diversidad de género en puestos de mando. 

Qué características definen el liderazgo femenino

La apertura de las estructuras organizacionales y el fomento del liderazgo femenino beneficia a las empresas que apuestan por ello, tal y como demuestran las estadísticas. Pero, ¿en qué distingue el liderazgo femenino de aquel ejercido por hombres?

Por lo general, el liderazgo en mujeres se suele asociar a modelos de trabajo con una mayor orientación hacia las personas, la expresividad y la cercanía, así como con tendencia a la cooperación, la resiliencia, la conducción horizontal y el predominio de lo emocional. A los hombres, en cambio, se los relaciona más con habilidades como la estrategia, la asertividad o la competitividad.

Si bien se trata de dos estilos de dirección diferentes, no son una verdad inmutable, ni resultan de cualidades innatas. La mayor parte de estas diferencias proviene de la socialización diferenciada que recibimos desde la infancia, de una estructura social que deriva en obstáculos, como el conocido “techo de cristal”, y de los prejuicios de género. Por este motivo, el hecho de que el liderazgo en mujeres y hombres se tienda a diferenciar de esta manera no significa que las carencias no se puedan desarrollar a través del aprendizaje y de la experiencia. 

En este sentido, existen oportunidades formativas que fomentan el liderazgo femenino, esto es, que incentivan a las mujeres a adquirir las habilidades necesarias para desempeñar cargos de alta responsabilidad. 

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La importancia del liderazgo femenino en la actualidad

Los programas a favor de la igualdad de oportunidades y de la lucha contra la discriminación laboral han situado al liderazgo femenino en el centro de las políticas empresariales y como un nuevo pilar de la cultura organizacional. 

Los resultados saltan a la vista, ya que cada vez más mujeres tienen acceso a puestos de responsabilidad en las organizaciones. Y es que apostar por una estructura inclusiva no solo mejora las relaciones humanas de la misma empresa, sino que también se convierte en un lugar de trabajo más justo y equitativo para todas las personas.

Cómo promover e impulsar el liderazgo femenino

Los resultados positivos experimentados por aquellas compañías que han logrado detectar y promover el liderazgo femenino desde sus fases más incipientes han inspirado a muchas otras empresas a tomar medidas para alcanzar este logro.

El informe Women in Business, antes mencionado, propone una serie de acciones para diseñar un plan de acción en materia de igualdad de género en los puestos de mando. Estas son las más relevantes:

  • Conocer los datos de diversidad de género de la compañía. 
  • Asegurar la igualdad en los programas de oportunidades de desarrollo en el puesto de trabajo
  • Generar una cultura inclusiva.
  • Permitir la flexibilidad horaria.
  • Promover programas de coaching y mentoring.
  • Revisar los métodos de contratación.
  • Vincular la retribución de la alta dirección a los avances en materia de género.
  • Fijar objetivos sobre las cuotas de género en la alta dirección.
  • Impartir formación sobre parcialidades inconscientes.

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