¿Sabías que, en el mes de marzo de 2020, las descargas de aplicaciones de educación se vieron incrementadas en un 90% a nivel mundial? Según el Informe diagnóstico sobre la educación superior y la ciencia post Covid-19 en Iberoamérica. Perspectivas y desafíos de futuro 2022, desarrollado por la Organización de Estados Iberoamericanos, este fue el comienzo del gran impulso de herramientas como lo que hoy conocemos como aula virtual.
Y es que, desde entonces, se ha producido una mutación absoluta en el paradigma educativo, donde cada vez hay más recursos de aprendizaje en línea. De hecho, de acuerdo con Ipsos, el 23% de los ciudadanos de los 29 países encuestados considera que, dentro de cinco años, la enseñanza superior se realizará 100% online en su país, y el 49% de forma híbrida, es decir, tanto online como presencial.
Teniendo en cuenta este auge de la enseñanza en línea, se vuelve imprescindible saber qué es un aula virtual, un elemento clave para llevar a cabo este proceso de intercambio de conocimientos a través de internet.
El Diccionario de la lengua española define el término de aula como “sala donde se dan las clases en los centros docentes”. Asimismo, establece que algo virtual es aquello “que está ubicado o tiene lugar en línea, generalmente a través de internet”.
De este modo, el aula virtual es un espacio digital dedicado a la formación. Es decir, los usuarios utilizan el aula virtual para compartir contenidos en tiempo real a través de diversos formatos, como videollamadas, foros, correos electrónicos o archivos en la nube, con el fin de posibilitar el proceso de aprendizaje en línea.
Sin ir más lejos, las facilidades que ofrece esta modalidad educativa a la hora de impartir una formación a distancia son la causa de que el aula virtual se haya utilizado tanto desde la pandemia.
En este sentido, el aula virtual se vincula con el concepto de e-learning, por lo que los docentes deben estar especializados en el aprendizaje a distancia. Asimismo, como es evidente, es imprescindible que tanto el equipo docente como el alumnado cuenten con un ordenador con acceso a Internet, así como que exista una bidireccionalidad constante en el proceso de aprendizaje. No obstante, cabe mencionar que estos entornos digitales se pueden dar de manera complementaria o independiente de las formas más tradicionales de educación, esto es, la presencial.
Ahora que ya sabes que és un aula virtual, es fundamental conocer las diferencias que presenta con otros conceptos, como con el aula tradicional y el aprendizaje remoto. Y es que, si bien pueden confundirse, no son lo mismo.
Por un lado, seguro que recuerdas cómo funcionaba la mayoría de las clases antes de la pandemia por la Covid-19: el alumnado acude a una institución educativa y el docente les enseña todo el conocimiento, así como los guía durante todo el proceso. Esto es lo que se conoce como aula tradicional, un método educativo unidireccional.
Teniendo todo esto en cuenta, se puede establecer que la principal diferencia que existe entre el aula tradicional y el aula virtual es, precisamente, la participación del alumnado en el proceso de aprendizaje. En este sentido, en el aula virtual, se pone el foco en el protagonismo del alumnado como parte esencial de su formación.
Por otro lado, ¿es lo mismo aprendizaje en remoto que aula virtual? La respuesta es que no exactamente. A pesar de que el aprendizaje en remoto es un aspecto esencial en el aula virtual, no es suficiente.
El aprendizaje en remoto no es más que un aula tradicional que, en lugar de impartirse de manera presencial, tiene lugar a través de una pantalla. En cambio, en el aula virtual, si bien es imprescindible que los docentes estén formados en e-learning, las clases funcionan de manera asincrónica y la videollamada no es el único recurso que se utiliza en el proceso de enseñanza. De este modo, el docente comparte materiales en el aula virtual, y el alumnado los consulta y sube sus actividades para recibir retroalimentación.
El aula virtual, como metodología de aprendizaje, también mantiene paralelismos con los sistemas educativos tradicionales. En este sentido, es fácil identificar algunos recursos que se venían utilizando hasta ahora como, por ejemplo, los procesos de evaluación.
Sin embargo, el aula virtual permite utilizar otras muchas herramientas más. Entre ellas, podemos destacar las siguientes:
Teniendo en cuenta las herramientas anteriormente citadas, podemos diferenciar cuatro tipologías de aula virtual. ¿Cuáles son las cuatro variables sobre las que se sostiene este espacio digital educativo?
El aula virtual es una evolución de la educación tradicional en la que se han integrado las nuevas tecnologías y, a raíz de esto, nuevas herramientas, metodologías y recursos.
Como cabe esperar, posee una serie de beneficios y de puntos de mejora. No obstante, por lo general, si lo visualizamos como un método formativo llamado a liderar un cambio en el sistema, podemos afirmar que los beneficios superan a los inconvenientes.
Ahora que sabes qué es el aula virtual, habrás podido ver que una de sus ventajas más evidentes reside en la eliminación de las distancias y las barreras geográficas o temporales.
En el aula virtual, todo es inmediato y existe la posibilidad de acceder a una formación desde cualquier lugar del mundo con conexión a Internet, lo que significa un ahorro de tiempo y dinero, dado que no es necesario desplazarse ―algo que también influye de forma positiva en el medio ambiente―.
Por otra parte, su bidireccionalidad ha dado lugar a una metodología de aprendizaje más flexible y personalizada, con más recursos, diferentes formatos y un claro incremento de la interacción. Como consecuencia de estos cambios, la rutina desaparece, lo que genera una mayor motivación en el alumnado y facilita la adaptación del aprendizaje a sus circunstancias particulares.
Al mismo tiempo, este espacio educativo está en sus inicios y, aunque evoluciona de manera constante, existen inconvenientes que no siempre se pueden salvar en el aula virtual.
Por un lado, la preparación necesaria de los docentes para llevar a cabo un proceso formativo en este contexto no siempre es la más adecuada, probablemente, porque se trata de algo novedoso.
Asimismo, la necesidad de contar con recursos tecnológicos, como un ordenador y una conexión estable a Internet, hace que el aula virtual no sea accesible para todos los colectivos. En este sentido, si tenemos en cuenta dos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por la Organización de las Naciones Unidas, como son el número 4 “Una educación de calidad”, clave para salir de la pobreza, y el número 10, “La reducción de desigualdades entre países”, hasta la fecha, estos obstáculos parecen insalvables a la hora de convertir el aula virtual en un espacio accesible para cualquier persona del mundo.
Las posibilidades de aprendizaje se han multiplicado gracias al aula virtual. Y es que, por lo general, requiere de una inversión de tiempo mucho menor al no tener que desplazarse y proporciona una mayor oferta a los profesionales, ya que los estudios impartidos en espacios físicos no siempre se ofrecen en todos los lugares.
De ahí que el aula virtual se postula como la gran impulsora de la formación continua para adultos en un momento en el que esta misma resulta esencial en el mercado laboral, con el fin de adaptarse a las nuevas exigencias de manera prácticamente constante.
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