¿Qué es la clase invertida? Características, beneficios y aplicación

La clase invertida, también conocida como aula invertida o Flipped Classroom, es una metodología de aprendizaje que pusieron en práctica por primera vez Jonathan Bergman y Aaron Sams, dos profesores universitarios, en 1990 al detectar un gran porcentaje de ausentismo en sus clases. Para evitar que los alumnos no tuvieran un vacío educativo, decidieron grabar sus presentaciones teóricas, de manera que todos pudieran acceder a ellas a través de Internet. 

En la actualidad, y después de que la pandemia por la Covid-19 obligara a los docentes y estudiantes a trasladar las clases al plano virtual, la metodología de clase invertida se sigue llevando a cabo en las aulas, ya que permite contar con más tiempo para poder aplicar de manera práctica los conocimientos en clase. 

Sin ir más lejos, de acuerdo con Jeff Magioncalda, CEO de Coursera: “La educación del futuro será más híbrida, con muchas más experiencias online, en las que algunos estudiantes estarán presencialmente en el campus y otros no, e incluso en el campus la gente también estará en línea. Por otro lado, habrá muchos más cursos y grados por Internet.“

¿En qué consiste exactamente la clase invertida?

La clase invertida o aula invertida es una metodología educativa disruptiva que cuestiona los métodos tradicionales al intercambiar los roles entre docentes y alumnos.

Por un lado, el docente se convierte en acompañante de los alumnos. Para ello, se le demanda que proponga temas de debate, reformule y resuelva dudas o busque nuevos modos de aprendizaje atractivos y no tan tradicionales.

Por el otro, los alumnos son los que dirigen la formación en la clase invertida mediante preguntas y la generación de debates o propuestas de aprendizaje. De este modo, se pone el foco en los intereses más habituales del alumnado, lo que fomenta la motivación, la participación y la cooperación entre ellos para resolver dudas comunes.

En definitiva, el objetivo de esta metodología educativa es fomentar la participación directa de los alumnos en el transcurso de las clases, así como salir fuera del aula para experimentar con conocimientos más prácticos.

Principales características de la clase invertida

Más allá del intercambio de roles, la clase invertida ofrece un nuevo punto de vista a la hora de abordar la formación en todas las edades y etapas del aprendizaje. Algunas de sus principales características son las siguientes:

Una metodología diferente a la hora de realizar tareas

De acuerdo con la teoría del cono de aprendizaje, aprendemos un 5% al escuchar, un 10% al leer, un 30% al ver y escuchar, un 50% al debatir, un 75% al hacer y un 90% al hacer y explicárselo a los demás. 

En este sentido, en la clase invertida, fuera del aula, se ofrece una introducción de los conocimientos mucho más práctica, la cual favorece su asimilación. Es decir, los estudiantes dejan de hacer en casa los tradicionales deberes para pasar a realizar tareas más interactivas y centradas en la comprensión de conceptos. Posteriormente, en clase, se aclaran y se contextualizan estos conocimientos con el apoyo del docente a través de diversas actividades participativas.

El papel de las familias, esencial en el aula invertida

Aunque esta característica pierde importancia cuando hablamos de la formación en adultos, ya que se trata de individuos totalmente capacitados para participar en su propia formación de manera directa, es fundamental destacar su relevancia en las primeras etapas de la educación. 

En la clase invertida, las familias son un actor más en el proceso, dado que el aprendizaje no se limita únicamente a la docencia en el aula, sino que busca la experimentación fuera del centro educativo. Como se suele decir, “la práctica hace al maestro”.

La tecnología, una herramienta clave en el modelo Flipped Classroom

El aula invertida fomenta la digitalización de la educación, ya que la tecnología facilita la monitorización y el apoyo constante, dos elementos clave de esta metodología. De hecho, las herramientas colaborativas entre docentes y alumnado son muy comunes en el modelo de la clase invertida.

Sin cooperación no hay aprendizaje

Fomentar la cooperación entre los alumnos es uno de los objetivos de la clase invertida. El trabajo en grupo, la puesta en común de resultados de aprendizaje, los debates para mejorar las habilidades sociales o las preguntas y respuestas son algunos de los modos de operar que tienen lugar en esta metodología.

La inclusión como uno de los objetivos del aula invertida

Otra de las grandes virtudes que se pueden encontrar en el aula invertida es la inclusión de los alumnos. En las clases que siguen este método de aprendizaje se busca la igualdad del alumnado en todo momento, dejando a un lado las barreras que pueden encontrar los participantes con mayores dificultades de comprensión en la educación tradicional, lo que propicia el apoyo mutuo y resalta las virtudes de cada alumno.

Metodologías combinables con la clase invertida

Una de las cuestiones que hace más atractiva la implementación de la clase invertida es la posibilidad de combinarla con otras metodologías que pueden convivir con este sistema educativo. En este sentido, el juego es elemento importante en la flipped classroom y el e-learning se convierte en una parte esencial de la formación en estos entornos.

Gamificación

La gamificación es un método que consiste en utilizar juegos con la intención de aprender. Por ejemplo, en la formación de adultos es muy común recurrir a juegos de tipo test, de recompensas, de trabajo en equipo o, incluso, de creatividad. Y es que se ha comprobado que los resultados del aprendizaje son mucho mayores cuando el proceso se hace más ameno.

E-learning

Como hemos señalado, la tecnología es una parte indispensable en la clase invertida. Teniendo esto en cuenta, el aprendizaje a través de estos medios online resulta esencial para que los alumnos puedan seguir con su formación una vez que se encuentran en casa.

¿Por qué recurrir a la metodología de clase invertida en la formación?

Aunque las propias características de la clase invertida ya podrían considerarse ventajas, cabe destacar algunos beneficios más concretos, como un mayor asentamiento de los conocimientos obtenidos, la adquisición y mejora de diferentes soft skills o el fomento de la colaboración, la cooperación y la diversidad en un sentido positivo. Todo esto sin olvidar el aumento del grado de motivación de los alumnos, que se sienten los protagonistas de su formación.

Teniendo esto en cuenta, el aula invertida se posiciona como un gran modelo educativo en la formación para cualquier etapa educativa. Y es que, en la actualidad, disponer de las herramientas y metodologías adecuadas para adquirir nuevos conocimientos resulta imprescindible, ya que el entorno de trabajo actual requiere de profesionales que nunca dejen de aprender.

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