Según el Eurostat, la Oficina Europea de Estadística, el 90% de los hogares de la Unión Europea disponen de Internet. Estos mismos datos se reproducen también, por ejemplo, en España, donde 9 de cada 10 casas tienen acceso a Internet. Este fácil acceso a las nuevas tecnologías ha hecho que, durante los últimos dos años, haya crecido el uso de las TIC en la docencia a marchas forzadas, donde los recursos digitales han dejado de estar en un plano secundario para ser protagonistas. Lo cierto es que se han convertido, por lo general, en una necesidad diaria dentro de las aulas.
Esta circunstancia permite que se den las condiciones indicadas para la práctica del e-learning que, hasta antes de la pandemia por la covid-19, era una opción cómoda para aquellas personas que querían continuar formándose en su sector profesional (upskilling) o aprender nuevas aptitudes o mejorar las ya existentes (reskilling) tanto del ámbito laboral como personal.
E-learning proviene del inglés y significa electronic learning. Este concepto hace referencia a todas las actividades formativas que se dan exclusivamente a través de un dispositivo conectado a la red, lo que se suele llamar como aprendizaje electrónico, teleformación, formación online o aprendizaje virtual.
Asimismo, el e-learning también se asocia a veces de manera errónea con el uso de ordenadores o dispositivos móviles dentro de la clase. De esta manera, también se habla de las metodologías de b-learning y m-learning que, si bien no son exactamente lo mismo que el e-learning, están relacionadas:
Lo cierto es que esta nueva modalidad de aprendizaje presenta una serie de beneficios. Entre ellos se encuentran los siguientes:
La digitalización en la educación ya es una realidad que va de la mano del crecimiento de la oferta formativa y del número de estudiantes que prefieren el aprendizaje web-based.
Sin ir más lejos, de acuerdo con datos del Centro de formación profesional de España (CEAC), las matriculaciones en formaciones a distancia aumentaron un 30% del año 2019 al 2020. A nivel mundial, tal y como señalan los datos de Global Market Insights, el volumen del mercado de la formación online superó los 250 mil millones de dólares en 2020 y se adelanta que crezca más del 21% hasta 2027. No obstante, la región del mundo donde más crecerá el e-learning es Latinoamérica, donde, según un informe de Ambient Insight, este mercado crece en torno al 15% cada año.
Como puedes ver, el e-learning en la formación profesional ha venido para quedarse. Y es que, en un entorno laboral tan cambiante, la innovación resulta ser una acción que transforma y genera un profundo cambio. De ahí que la sociedad actual requiera de docentes que no se conformen, que se anticipen a estas nuevas realidades y vayan siempre un paso por delante de las tendencias pedagógicas. Por este motivo, es esencial que los profesionales de la educación estén en constante desarrollo y formación para convertirse en los agentes del cambio.
Ante esta necesidad de reinventarse profesionalmente, Banco santander, en su misión de ayudar al progreso de las personas, superar los desafíos que presenta la cuarta revolución industrial y crecer de manera inclusiva y sostenible, apuesta por tres conceptos clave para impulsar la empleabilidad: el aprendizaje continuo, el reciclaje profesional y la capacitación adicional. Con este fin, cuenta con el portal de Santander Open Academy, un programa global, único y pionero.
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