Estrategia digital e innovación: palancas para el crecimiento y diferenciación de las empresas

“La realidad es que las industrias jamás permanecen estáticas, sino que evolucionan constantemente. Las operaciones mejoran, los mercados se amplían y las empresas van y vienen (...). Con los avances tecnológicos acelerados se ha mejorado sustancialmente la productividad de las industrias, y los proveedores han podido ofrecer una gama nunca vista de productos y servicios”.  Con estas palabras, W. Chan Kim y Renée Mauborgne dejaron escrito en su libro La estrategia del océano azul (2005) cómo la tecnología aplicada a la estrategia empresarial puede favorecer la toma de decisiones a la hora de crear un nuevo mercado que facilite un crecimiento sólido y rentable. 

Diecisiete años después, esta afirmación está más vigente que nunca. Las nuevas tecnologías y la rápida expansión de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), unidas a la convergencia de muchas de ellas, están provocando una serie de cambios en los consumidores que obligan a las compañías a adaptar sus planes de crecimiento y a apostar por la estrategia digital e innovación, que han pasado a convertirse en la esencia de cualquier estrategia empresarial. 

¿Realmente puede, hoy en día, una empresa competir sin ayuda de la tecnología y la innovación? Lo cierto es que los términos tecnología, digitalización y empresa parecen ser claramente indivisibles, dado que las innovaciones tecnológicas pueden suponer verdaderas palancas de crecimiento y de diferenciación con respecto a los competidores. Sin ir más lejos, la pandemia a causa de la Covid-19 aceleró la transformación digital y demostró que decenas de miles de empresas de todo el mundo podían mantener sus negocios activos y ser competitivos con una estrategia digital a medio y largo plazo.

¿Qué es una estrategia digital? 

La estrategia digital consiste en implementar la tecnología dentro de la empresa para crear y desarrollar las capacidades necesarias con las que conseguir los objetivos marcados. No obstante, cabe destacar que la tecnología debe ser transversal, es decir, debe impactar en todos los departamentos de la corporación y convertirse en un mecanismo de innovación. 

Por tanto, puede ayudar a transformar las operaciones de las cadenas de valor de los clientes, cambiar la experiencia del trabajador o crear nuevos modelos de negocio. Asimismo, otra de sus ventajas actuales es que la tecnología se ha democratizado, de manera que cualquier organización, independientemente de su tamaño, puede acceder de forma fácil a los procesos digitales. 

Sin embargo, a pesar de los grandes avances logrados durante la pandemia, aún son muchas las pymes que carecen de los niveles de digitalización óptimos para sobrevivir en un mercado económico tan exigente como el actual. De hecho, según el Informe Adaptación Digital 2022 de IEBS Digital School, el 15,1% de las empresas españolas señala que no ha iniciado su transformación digital y el 59,5% lo acaba de empezar. 

Los datos en la Unión Europea no son mucho mejores. La Estrategia para las Pymes en pro de una Europa sostenible y digital de la Comisión Europea advierte de que “solo el 17% de las pymes ha integrado con éxito las tecnologías digitales en su negocio frente al 54% de las grandes empresas”, alertando además de que las tradicionales son las que “suelen tener dudas al elegir su estrategia empresarial digital”. 

¿Cómo una estrategia digital te ayuda a innovar?

Los datos revelan que tanto las pymes de la Unión Europea como las de América Latina están perdiendo las oportunidades que ofrece la digitalización a la hora de innovar y crear nuevos productos, modelos de negocio vanguardistas o mejorar la eficiencia de sus procesos de producción.

El uso de tecnologías disruptivas avanzadas, como la cadena de bloques, la Inteligencia Artificial (IA) o la computación en la nube, puede impulsar en gran medida su competitividad, así como lo que la Unión Europea considera la “savia de la economía digital”: los datos. Y es que, de acuerdo con el ya mencionado documento de la Comisión Europea, “las pymes todavía no se benefician plenamente de los datos. Muchas de ellas no son conscientes del valor que generan y no están lo bastante protegidas ni preparadas para la economía ágil en el manejo de los datos que se avecina”.

Ejemplos de estrategias digitales e innovación

Uno de los sectores que más se está adaptando a la nueva economía digital y que está aprovechándose de los datos es el turismo. El Big Data se ha convertido en un aliado para la innovación turística gracias a las ingentes cantidades de información disponibles en las redes sociales o los datos que generan los propios turistas en los destinos vacacionales, los cuales se recogen a través de sensores u otro tipo de dispositivos.

De esta manera, si esta información se recopila y analiza por medio de la inteligencia artificial, por ejemplo, permite a los responsables diseñar y establecer diferentes estrategias en las tres fases que componen el “customer journey” del turista: previaje, viaje y postviaje. 

Un ejemplo de ello es Muster 2.0, la aplicación desarrollada por la empresa de cruceros Royal Caribbean con el fin de mejorar la experiencia de sus pasajeros e incrementar su satisfacción y sentimiento de pertenencia con la compañía. Se trata de una aplicación que, gracias a la inteligencia artificial, actúa como un asistente digital para sus huéspedes: los viajeros pueden hacer su embarque de manera rápida; tener una llave digital del camarote; utilizar el smartphone para controlar elementos del interior de sus camarotes, como la televisión, la iluminación, las persianas o la temperatura; u obtener recomendaciones personalizadas, por ejemplo, sobre qué ver y hacer durante su estancia a bordo. 

No obstante, es cierto que todas las empresas no tienen la capacidad económica y tecnológica para desarrollar una aplicación móvil propia con inteligencia artificial. Sin embargo, en estos casos, pueden establecer una estrategia digital propia utilizando e implementando las soluciones desarrolladas por otras compañías.

Un buen ejemplo de este tipo de estrategias es la implementación de la soluciones de la empresa PagoNxt, una plataforma autónoma que aglutina los negocios de pagos digitales más disruptivos para particulares, comercios, empresas y pymes. Gracias a las soluciones de esta compañía, las pymes tienen más facilidades a la hora de abrir nuevos mercados, establecerse en el exterior y afrontar la complejidad operativa del comercio exterior. 

Capitalizar la oportunidad de la digitalización

La intensidad de la digitalización que se está viviendo en los últimos años está provocando la sustitución de algunos puestos de trabajo. Randstad Research estima que uno de cada siete trabajadores a nivel global puede perder su oficio debido a la automatización. Al mismo tiempo, el Foro Económico Mundial predice que, en 2022, surgirán 133 millones de trabajos nuevos.

Como ya advirtió el economista Emilio Ontiveros, “es muy importante que para capitalizar la oportunidad que supone la digitalización se intensifique la educación y dotación de habilidades de los que pueden quedar potencialmente excluidos”. En este sentido, solo en la Unión Europea, “la escasez de competencias es especialmente grave en el caso de la digitalización y las nuevas tecnologías, ya que el 35% de la población activa tiene escasas o nulas competencias digitales”, según recoge el documento Una estrategia para las pymes en pro de una Europa sostenible y digital.

No obstante, en este contexto laboral, el uso de herramientas de inteligencia artificial es una competencia esencial que ayuda a mejorar la eficiencia, la precisión y la innovación en diversas áreas. Además, ofrece a los profesionales recursos para desempeñar roles más complejos.

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